martes, 17 de enero de 2012

LA TRINIDAD

LA TRINIDAD
Salmos 91:1,2

La cristiandad cree en un Dios trino. Aunque el término trinidad no aparezca en las Escrituras, en ellas se habla de tres personas divinas: el Padre, El Hijo y el Espíritu Santo. Cada una de estas personas se ha manifestado de diferente manera y cada uno en su debido tiempo.

I. LA UNIDAD DE DIOS

La mayoría de los hombres, concibe la existencia de un Dios personal. El libro de Romanos nos dice que por medio de lo creado Dios manifiesta su poder y divinidad. El pueblo de Israel a diferencia de otros pueblos cree en un Dios (Dt. 6:4; Is. 45:5,6; Ef. 4:4-6). Las Escrituras hablan de un Dios histórico y existencial que ha creado los universos y al hombre mismo. No hay sino un solo Dios, vivo y verdadero. Este Dios posee atributos únicos: es espíritu, perfecto, todo poderoso, inmutable, santo, misericordioso, etc. (Jn. 4:24; Gn. 18:14; Sal. 90:2; He. 1:10-12; Sal, 99:9). El libro de Filipenses hablando de Cristo Jesús dice que se despojó de sus atributos divinos para estar en la condición de hombre. Sin embargo, él nunca dejó de ser Dios, pues en esencia era Dios. Su cuerpo era un velo, pero dentro del mismo, estaba Dios. Es por ello que muchos no creyeron en Él. Muchos Judíos esperaban a un rey y no a un cordero, por razonar su humanidad se privaron de recibir bendición.

Este único Dios del cual estamos hablando se manifestó con diferentes nombres. El más común, Jehová quien se manifestó en nueve facetas diferentes: como proveedor, estandarte, paz, de la huestes, etc. Otros nombres que manifiestan su carácter son: Shaddai que significa, el que tiene seno ( ). Olam el Dios eterno (Is. 40:28-31). Adonai que quiere decir amo, Señor (Mal. 1:6). Roi, el poderoso que ve (Gn. 16:13). Elohim que se refiere al poder y fuerza de Dios (Gn. 1:1) y finalmente Elyon que significa el poderoso más poderoso, esta palabra es utilizada para referirse a la posición o lugar más alto (Sal. 83:18). Es necesario para entender este misterio comprender que Dios como unidad perfecta, increada, indivisible, creadora se está refiriendo a una esencia, que no tiene principio ni fin, que habita en luz inaccesible y que hombre alguno no ha visto, sino a través de las derivaciones o delegaciones de Dios mismo. Nos referimos al Elyon al que se refiere el salmo que utilizamos de base y se traduce el Altísimo. El libro de Génesis dice que Melquisedec es sacerdote del Dios Altísimo (Gn. 14:17-20). Isaías 14:13 y 14 hablan de la intención de Luzbel de subir al cielo, levantar su trono y ser semejante al Altísimo.

No estamos hablando de un cuarto Dios, estamos tratando de hacer la distinción entre las tres personas que han manifestado quién y cómo es Dios y que contienen la esencia. El Altísimo es esa esencia y nunca se ha concretizado. Cuando Jesús fue concebido en el vientre de María, el poder del Altísimo le cubrió y el Espíritu Santo fue el vehículo y quien engendró fue Dios Padre (Lc. 1:35). Isaías 9:6 hablando de Jesucristo dice que se llamará: Admirable consejero (refiriéndose al Espíritu Santo que estaba en Él), Dios poderoso (El Padre),   Padre Eterno (Elyon) y finalmente Príncipe de Paz (Jesús). El libro de Apocalipsis habla de un personaje que viene a la tierra en un caballo blanco, a ese jinete le llama de tres maneras: Fiel y verdadero (Espíritu Santo), El verbo de Dios (Jesucristo) y Rey de Reyes (Padre), sin embargo, sobre su cabeza hay muchas coronas y tiene un nombre escrito que nadie conoce (este es el Elyon. - Ap. 19:11-). El arca del Pacto es una figura de la esencia o Elyon. Toda el arca estaba cubierta por dentro y por fuera de oro, pero dentro de ella, había tres elementos que nos hablan figuradamente de la tri unidad: Las tablas de la ley que se refieren a la era del Padre, El maná del cielo que nos habla de Cristo, quien es verdadero alimento y finalmente, la vara de Aarón que es figura del Espíritu Santo (Ex. 25:11; He. 9.4). El Salmo que leímos al principio debería leerse: El que habita en el retiro del Altísimo, morará seguro bajo la sombra del Espíritu Santo. Yo diré de Jehová: Refugio mío y fortaleza mía, Mi Cristo en él confiaré.

II. LA TRI-UNIDAD

La Biblia dice que Dios es espíritu, sin embargo, habla de él como persona, no es una ley natural o una fuerza. Es un ser real que posee elementos propios de la personalidad tales como: el intelecto, la emoción y la voluntad. Dios como persona crea, destruye, habla, oye, aborrece, se duele, ama, etc. (Sal. 94:9; Gn. 6:6; Ef. 2:4). Hay un solo Dios pero en esa unidad de la divinidad hay tres personas eternas e iguales en sustancia que se han manifestado de diferente manera. No son tres dioses, ni es una sola persona. Es un solo Dios en tres personas. El Padre, El Hijo y El Espíritu Santo. El Antiguo Testamento habla respecto a la doctrina de la tri unidad. En la creación del hombre Génesis 1:26 dice: hagamos al hombre, a nuestra imagen. En la expulsión del mismo hombre del huerto del Edén Génesis 3:22 dice: he aquí el hombre es como uno de nosotros, sabiendo el bien y el mal. En la confusión de las personas en la torre de Babel dice Génesis 11.7 descendamos y confundamos allí su lengua.

Existen pasajes bíblicos que denotan un diálogo entre el Padre y el Hijo (Sal. 2:1-7, 45:6-8, 110:1-5; Jn. 14:1-14). El Nuevo Testamento menciona esta tri unidad. Cuando Jesús fue bautizado en agua dice que el Espíritu Santo poso en El corporalmente como paloma y hubo una voz desde el cielo que decía: Este es mi Hijo (Mt. 3.17; Lc. 3:22). La misma enseñanza de Jesús respecto al otro parácleto. San Juan 14:16 dice: Yo rogaré al Padre y os dará otro consolador. Según el versículo 26 se refería al Espíritu Santo. El mismo Jesús dijo que se fuera a todo el mundo y se hicieran discípulos bautizándolos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo (Mt. 28:19,20).

III. LA OBRA DE LA TRI-UNIDAD
El PADRE

Es el creador de toda vida y padre de nuestro espíritu (He. 12:9). Él ha tenido un plan para el hombre aunque este se ha perdido. La parábola del Hijo pródigo muestra el carácter del Padre (Luc. 15:20). Jesús en su ministerio terrenal habló acerca de su Padre (Jn. 20:21). Fue el padre quien le envió, honró y  glorificó (Jn. 17:1-5).

EL HIJO

El propósito de la encarnación del Verbo, fue revelar a Dios mismo o como dice la versión Shokel  en Jn 1:18: a la divinidad nadie la ha visto nunca; el único Dios engendrado, el que está de cara al Padre, él ha sido la explicación. La parábola de la oveja perdida, habla acerca de la obra del Hijo (Luc. 15:3-7). El objeto de la venida del Hijo es la redención del hombre. Es del Hijo de quien escribieron los profetas. Su venida a la tierra no solo fue para dar cumplimiento a todo lo que estaba escrito de él, sino, para hacer sacrificio único por nuestros pecados para lo cual se le dio cuerpo (He. 10:10; 1 Jn. 3:5), proveer al creyente de un Sumo Sacerdote (He. 7:25), destruir al diablo y sus obras (He. 2:14), ser cabeza de la Iglesia (Ef. 1:22, Col. 1:18) y adquirir esposa (Os. 12:12).

EL ESPÍRITU SANTO

El Espíritu Santo no habla de sí mismo, el ha estado en el mundo desde el principio ejecutando las órdenes del Padre (Gn. 1:2). En el ministerio de Jesús, le ungió y resucitó (Luc. 4:18; Ro. 8:11). Llenó y respaldó a la iglesia del principio (Hch. 1:8). En el tiempo actual convence de justicia, juicio y pecado (Jn. 16:8). La parábola que habla del trabajo del Espíritu Santo es la parábola de la moneda perdida (Lc. 15:8-10). En los creyentes los controla, guía, redarguye, adorna y cela (Ef. 1:13; Jn. 16:13; 1 Co. 12:7; Stg. 4:5). En la iglesia que va a ser esposa de Cristo hace que esté enamorada y se atavíe para el encuentro con el amado.

CONCLUSIONES:
  1. "Dios es espíritu y es uno. Está rodeado de gloria, creó al hombre y tiene un propósito para la vida de este.
  2. "Dios que es eterno, todo poderoso y habita en luz inaccesible (1 Ti. 6:16) se derivó en tres personas, Padre, Hijo y Espíritu Santo en quienes puso divinidad.
  3. "Jesucristo, es la expresión de Dios. La Biblia dice que hay un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre (1 Ti. 2:5).

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