LA FE
Hebreos 11:1
Hebreos 11:1
La doctrina de la fe está ampliamente explicada desde el Génesis hasta el Apocalipsis. Por la fe entendemos fue hecho el universo (He. 11:3), es un arma poderosa (Ef. 6:16), sin ella, es imposible agradar a Dios (He. 11:2), recibir beneficio alguno sea material o espiritual (Mt. 15:28; Stg. 1:6). Dios es quien da la fe y quien también la prueba (1 P. 1:7).
LA VERDADERA FE
Del griego Pistis que significa confianza o una firme persuasión. Este término transmite la idea de algo tangible que garantiza una posesión futura. Las escrituras hablan de la fe de Abraham, éste no titubeó, se fortaleció en fe pues estaba plenamente convencido de que lo que Dios había prometido poderoso era también para cumplirlo (Ro. 4:20-22). Por la fé hoy podemos disfrutar de un milagro o sanidad, en el siglo venidero ya no necesitaremos la fé para estos propósitos pues estaremos disfrutando de salud divina. La fe se basa en pruebas concretas: la creación (Ro. 1:20), el cumplimiento de la Palabra (Ro. 10:17), el ministerio de Jesucristo. Tener fe es tener puesta nuestra confianza en Dios, el apóstol Pablo dice que nuestra fe no descansa en hombre alguno sino en el poder de Dios mismo (1 Co. 2:5). Esto es posible gracias a la resurrección de Jesucristo de entre los muertos, si no fuese así, vana sería nuestra fe (1 Co. 15:14). Tener fe es tener certeza de lo que se espera. No todos los hombres tienen fe en Dios, unos ponen su fe en hombres, otros dioses, incluso, en sí mismos (2 Ts. 3:2). Otros por el contrario, hemos aprovechado la fe que Dios otorga. Las escrituras dicen que El es el autor y consumador de la fe (He. 12:2). El hecho de que Dios se nos haya revelado produjo una firme convicción personal. El objeto de la fe de Abraham no era la promesa de Dios, su fe reposaba en Dios mismo (Ro. 4:17). El libro de Hebreos menciona el ejemplo de, Abel, Noé, Sara, Moisés, la mujer Cananea, etc. hombres y mujeres que al conocer a Dios alcanzaron buen testimonio (He. 11). Es necesario que quien se acerca a Dios crea que existe y que es galardonador de los que le buscan (He. 11:6). Podemos concluir en esta primera parte que el ancla de nuestra fe es Jesucristo, de la misma manera como una embarcación no se mueve fácilmente porque ha echado el ancla a la mar, nosotros tenemos a Jesucristo, que murió, resucito y está sentado a la diestra del Padre en quien estamos seguros por que es poderoso para cumplir su promesa (He. 6:19).
COMO SE ACTIVA LA FE
La fe viene por el oír y el oír, por la palabra de Dios (Ro. 10:17). Estando Jesús en la cruz del calvario acompañado de dos ladrones, uno de ellos de pronto cree en Jesús y le pide ayuda, el otro por el contrario, deseaba ser bajado de la cruz para creer en Él (Lc. 23:29-49). En este caso fue la Palabra escrita (Este es el rey de los judíos) la que activo su fe. El Señor utiliza la Palabra para activar la fé de aquellos que escuchan o leen y ponen buena tierra para que esa semilla, que es buena, produzca el fruto deseado. Esta fue la experiencia de Cornelio, Lidia, el carcelero, etc. (Hch. 10:42,43, 16:14,31). En otros el Señor utiliza una señal o un milagro para activar su fé (Jn. 2:11, 4:48, 11:45, 20:29), sin embargo, algunos a pesar de que Dios haga un milagro en su vida no por ello se salvaran (Jn. 12:37). Cuanta gente fue beneficiada por un milagro en el ministerio de Jesús y no creyó en él. La fe no solo es útil para ser salvo, es necesario que la hagamos parte en toda nuestra vida. El pueblo de Israel fue librado de Egipto pero no poseyó Canaán, por no mezclar fe a lo que oía (He. 4:1,2). Las situaciones contrarias o adversas sirven para fortalecer nuestra fe, es hermoso ver el caso de Job, Daniel, etc. Quienes aún cuando se enfrentaron a situaciones difíciles no dieron marcha atrás respecto a su fe y salieron aprobados (Lc. 22:32).
La fe debe ir acompañada de obras. Abraham es conocido como el padre de la fe, éste no solo creyó a Dios sino que lo demostró ofreciendo a su hijo Isaac (Stg. 2:21,22, He. 11:17-19). La fe sin obras que habla Pablo, se refiere al momento de nacer de nuevo (Ef. 2.8,9) la salvación es un don inmerecido, sin embargo, Santiago habla que es necesario realizar obras para demostrar la fe que tenemos. Estas obras confirman que la fe está viva, es productiva y perfeccionada. Si un hermano que carece de sustento viene a nosotros y nosotros le ayudamos movidos por el Espíritu, con esta acción demostramos que tenemos fe en Dios, quien es el que provee y sustenta. Por la fe se pueden hacer o recibir cosas grandes o difíciles según el hombre (Mt. 9:2; 17:20; Hch. 14:9; He. 11:33; Stg. 1:6). El Señor le dijo a Marta: ¿no te he dicho que si crees verás la gloria de Dios? (Jn. 11:40). La Palabra dice que señales seguirán a los que creen (Mr. 16:17).
TRES CLASES DE FE
Por razones de didáctica decimos que hay tres clases de fe: La fe salvadora, la fe como fruto y la fe como don del Espíritu.
1.La fe para salvación
Esta fe es dada a todo hombre para depositarla en Jesucristo (Ro. 12:3). Cuando las serpientes estaban dando muerte a los israelitas, Dios mandó a moisés levantar una serpiente de bronce, quien la viera con fe el veneno se anularía. Muchos perecieron no porque Dios hubiese querido, sino porque ellos no quisieron creer en aquel medio (Nm. 21:9). De igual manera hoy día muchos menosprecian el sacrificio de Jesucristo y no creen. La única condición para ser salvo es creer en el Señor Jesucristo (Mr. 16:16; Jn. 1:12, 3:16,18; Ro. 9:33). Nadie podrá llegar delante de Dios a reclamar por que se perdió, simplemente, es porque el hombre no ha querido creer en el cordero de Dios que quita el pecado del mundo. La fe salvadora es la que Dios regaló a toda criatura (Rm. 12:3) sean hombres o ángeles, para que hagan uso de ella y se arrepientan para salvación (2 P. 3:9). La salvación depende del uso que se le de a la fe, porque por fe se salva el hombre (Ef. 2:9). El que pierde la fe salvadora cae en apostasía.
Ejemplos de fe para salvación:
a.Ruth creyó en Jehová y fue salva (Rt. 1:16)
b.Moisés fue salvo por fe al creer en Jehová (He. 11:24-28)
c.El eunuco de Etiopía cree en Jesús (Hch. 8:37-38)
d.Cornelio cree por fe en Jesús (Hch. 11:14-18)
e.Tres mil personas creen en Jesús (Hch. 2:37-41)
f.El carcelero de Filipo (Hch. 16:30-33)
b.Moisés fue salvo por fe al creer en Jehová (He. 11:24-28)
c.El eunuco de Etiopía cree en Jesús (Hch. 8:37-38)
d.Cornelio cree por fe en Jesús (Hch. 11:14-18)
e.Tres mil personas creen en Jesús (Hch. 2:37-41)
f.El carcelero de Filipo (Hch. 16:30-33)
Ejemplo de los que se perdieron por no usar la fe:
a.Caín no quiso escuchar la voz de Dios (Gen. 4:6-16)b.Los hombres que se ahogaron en el diluvio (Gn. 6 y 7)
c.Los hombres encubiertos (Jd. 4)
2.La fe como fruto.
El otro nivel de fe, se refiere a la fe que una persona nacida de nuevo posee, esta fe puede crecer (2 Co. 10:13-15), ser fortalecida y sometida a prueba. Podemos decir entonces, que en la medida que vayamos conociendo y amando al Señor en esa medida nuestra fe irá desarrollándose. La fe es parte del fruto del espíritu (Gal. 5:22). Esta faceta (fe) debe cultivarse, por eso le dijeron a Maria y Marta "¿No te he dicho que si creyeres verás la gloria de Dios?" (Jn. 11:40). También el Señor enseñó a Jairo diciéndole "No temas, cree solamente" (Mr. 5:36) A los ciegos el Señor les motivó a usar su fe expresándoles "¿Creéis que puedo hacer esto?" (Mt. 9:28) La fe como fruto debe crecer más que la semilla de mostaza. La fe como fruto es para creerle a Dios, a Cristo en cada instante de nuestra vida. Esta fe debe cultivarse escuchando y practicando la palabra; la fe no se desarrolla por la incredulidad. La fe como fruto se muestra a través de las obras (Stg. 2:26) La medida de fe se explica en las escrituras como sigue:
a.1) Hombres llenos de fe.
Son los que cultivan la fe a un grado máximo, aun a pesar de sus vidas la mantienen firme. Por ejemplo: Los diáconos deben ser hombres llenos de fe (Hch. 6:5)Bernabé llegó a Antioquia y estaba lleno de fe (Hch. 11:24)
b.Hombres de poca fe.
Estos se manifiestan al brotar de ellos las siguientes expresiones: Afanes. ¿Qué comeremos? (Mt. 6:30,31) ¿Qué beberemos? (Mt. 6:30,31) ¿Con que nos cubriremos? (Mt. 6:30,31) Ansiedad (Lc.12:28,29) Miedo (Mt. 8:26) Tienen dudas (Mt. 14:31) Discusiones. Se discute porque no se tiene pan (Mt. 16:8) Falta de poder y autoridad, no se pueden echar fuera demonios (Mt. 17:19)
c.Hombres incrédulos.
Son los que un día tuvieron fe y ahora están vacíos, no creen ya más a la palabra, a Cristo (Mt. 13:58, Mr. 6:6) razonan mucho. Por ejemplo: Tomas no creía en la resurrección. Los discípulos de Emaus no creían en la resurrección de Jesús.
3.Don de fe.
Finalmente, el Espíritu Santo reparte dones dentro de los miembros del cuerpo de Cristo (1 Co. 12:7) estos dones se asemejan a los sentidos del cuerpo. Por medio de ellos el cuerpo es edificado. Dentro de los dones del Espíritu, existe el don de fe (1 Co. 12:9). Es el Espíritu quien da a una persona fe, este don es movido por el Espíritu y no a capricho del receptor. Esta persona ministra a otra para que de por hecho lo que Dios hizo o hará. Se habla de la fe de los amigos de un paralítico, estos sabían que Jesús podía sanarle y superaron todos los obstáculos (Mr. 2:2-5). Generalmente este don actúa acompañado de otro don, ya sea de sanidad o de milagros (Mr. 9:2; Hch. 3:4-8).Este don solamente lo maneja es Espíritu Santo en circunstancias muy difíciles a una congregación o creyente en particular. La fe como don nunca se pierde porque pertenece al Espíritu Santo. Pedro para dar sanidad al cojo de nacimiento emplea el don de fe.
CONCLUSIONES:
3.Don de fe.
Finalmente, el Espíritu Santo reparte dones dentro de los miembros del cuerpo de Cristo (1 Co. 12:7) estos dones se asemejan a los sentidos del cuerpo. Por medio de ellos el cuerpo es edificado. Dentro de los dones del Espíritu, existe el don de fe (1 Co. 12:9). Es el Espíritu quien da a una persona fe, este don es movido por el Espíritu y no a capricho del receptor. Esta persona ministra a otra para que de por hecho lo que Dios hizo o hará. Se habla de la fe de los amigos de un paralítico, estos sabían que Jesús podía sanarle y superaron todos los obstáculos (Mr. 2:2-5). Generalmente este don actúa acompañado de otro don, ya sea de sanidad o de milagros (Mr. 9:2; Hch. 3:4-8).Este don solamente lo maneja es Espíritu Santo en circunstancias muy difíciles a una congregación o creyente en particular. La fe como don nunca se pierde porque pertenece al Espíritu Santo. Pedro para dar sanidad al cojo de nacimiento emplea el don de fe.
CONCLUSIONES:
- "Estamos viviendo la era de la fe y necesitamos permanecer en ella, guardarla y contender por ella (Jud. 3).
- "El fin de nuestra fe es la salvación integral de nuestro ser (He. 10:39; 1 P. 1:9).
- "Debemos distinguir la fe del alarde de fe, el uno es del Espíritu, lo otro, un arrebato de la carne.
- "Todos los hombres tienen una medida de fe.
- "La fe se manifiesta como: fe salvadora, fe como fruto, y fe como don espiritual.
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